Pasa la vida
Pasa la vida, pasa,
tan deprisa
que quisieras detenerla,
sujetarla con tus manos.
Bájate del tren por un momento
y contempla la vida pasada
en la estación del recuerdo.
Y cuando vuelvas a subir al tren,
dile al maquinista
que ya no tienes prisa,
que deseas un nuevo viaje
con más calma y más risas.
Contempla el paisaje
por la ventanilla
y disfruta de él,
ahora y siempre.
Yo subiré a ese tren,
y juntas, alcanzaremos
esa calma y esas risas.
0 comentarios